Había una vez una
niña llamada...
Bella Aurora. Era hija de padres ricos y
cariñosos. En aquel tiempo la Plaza de la Independencia no
tenía el monumento a la libertad, sino
una pila al centro. Allí se realizó una gran
corrida de toros.
En segundo lugar salió un toro negro. Luego de mirar a su
alrededor se acercó lentamente hacia Bella Aurora, quien
se desmayó del susto. Sus padres la llevaron a curarla del
espanto.
Dicen que el toro negro se desesperaba en la plaza. Buscaba a la
niña. Al no encontrarla saltó la barrera y se fue a
la casa 1.028. Rompió la puerta de la calle. Subió
al corredor. Olfateó por todas partes. Entró al
dormitorio de Bella Aurora. Al ver al toro, ella quiso huir, pero
no tubo fuerzas.
Solo alcanzó a dar un grito fuerte, mientras el toro la
embestía. El animal desapareció después. Se
hizo humo.
-¿Y los padres de Bella Aurora?
-Lloraron bastante por la muerte de su querida hija.
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