Dos primos que vivían en el campo, estaban jugando a sus anchas en
algún lugar de las vastas praderas de la cordillerana andina. Se...
alejaron tanto de casa que encontraron una quebrada profunda que nunca
antes habían visto. Del interior, salió un hombrecito de sombrero
extraño, era amigable y jugó con ellos.
Cuando entraron en confianza, el Duende les invitó a su hogar dentro de la quebrada. Con mucha dificultad descendieron. Adentro todo era oscuro, sin embargo, la escasa luz del sol bastaba para identificar unas brillantes bolas de oro incrustadas en el peñasco. Los primos quisieron recolectar una, trataron y trataron de extirpar aunque sea una pequeña bola de consuelo, pero fue inútil.
Al siguiente día, cuando fueron con sus padres, la quebrada había desaparecido y no encontraron rastro alguno del Duende.
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